Podemos entender el gobierno corporativo como la adecuada distribución de poder y responsabilidades entre los dueños, la administración y el directorio de una compañía. Es decir, lograr un balance entre los tres lados de este triángulo corporativo integrado por:
Por lo tanto, no es solamente un conjunto de reglas impuestas desde el exterior, sino que es una disciplina empresarial necesaria para mantener relaciones estables y productivas dentro de cualquier organización, un componente vital para una buena gestión y para mantener la salud de las empresas.
El desarrollo de un buen gobierno corporativo, incluye:
Beneficios de la implementación de un buen Gobierno Corporativo
Las empresas que cuentan con un buen gobierno suelen tener una administración más eficiente y aprovechan mejor sus recursos, lo que puede mejorar su gestión empresarial y aumentar su rentabilidad y competitividad, lo que se traduce en una mejor posición en el mercado.
Además, la transparencia en la gestión empresarial, puede generar una mayor confianza entre los inversores, quienes suelen preferir invertir en compañías que demuestren tener sólidas prácticas de gobierno corporativo. En tal sentido, la empresa puede mejorar su acceso a financiamiento y mejorar sus condiciones crediticias.
Así también, el balance obtenido a través del gobierno corporativo permite poner en terreno plano los intereses de la compañía frente a los intereses de los accionistas, buscando el crecimiento sostenible de la empresa a largo plazo. En consecuencia, a través del gobierno corporativo, las empresas se vuelven más eficientes ya que la toma de decisiones resulta más ágil, productiva y efectiva. Las contingencias económicas son resueltas rápidamente sean estas de carácter nacional o internacional.
Finalmente, promueve la innovación y creatividad, en tanto permite a la empresa adaptarse de manera casi automática a los cambios del mercado y estar preparada para anticipar tendencias futuras, lo cual es clave para mantener la competitividad a largo plazo.
Sin duda alguna, el equilibrio en el Triángulo del Gobierno Corporativo es esencial en el planeamiento estratégico de toda empresa. En ese sentido, será necesario no sólo estructurar buenas prácticas de gobernanza, sino también garantizar su implementación, ejecución y perdurabilidad en el tiempo, siempre con propuestas de mejora que permitan agregar valor a la sociedad y lograr una mejor estructura organizativa empresarial que asegure un mejor posicionamiento en el mercado.